sábado, 27 de abril de 2013

Emisión de moneda


En anteriores artículos se indicó que una de las medidas necesarias aunque no suficiente para abordar la salida a la situación en que nos encontramos, era la emisión de dinero por parte del BCE a similitud de lo que realiza la Reserva Federal, Banco de Inglaterra (adalid de la austeridad...para los demás) y Banco de Japón. Inundar el mercado de liquidez como se está haciendo puede que no tenga los efectos deseados por hacerse a través de entidades bancarias que lo reciben en una mano al 0%  y con la otra lo traen a España, Italia u otros países con grandes necesidades de financiación, que nos niega repetidamente el BCE, en dónde pueden obtener el 4%. Negocio redondo para la banca pero no para los ciudadanos de los países emisores. Ese incremento de la liquidez es lo que está permitiendo a España reducir la prima de riesgo por lo que puede beneficiarnos.

La emisión de moneda debe de perseguir 2 fines:
·         Por una parte surtir de liquidez a los gobiernos respectivos para mediante el impulso de la inversión pública contribuir a reactivar la economía, una medida típicamente keynesiana que dió sus frutos en la posguerra. Inversión que debe de ser claramente productiva huyendo de macroproyectos de arquitectos estrella y megapolíticos que buscan perpetuar su imagen en el tiempo. Obras de saneamiento, líneas de transporte, regeneración de ciudades y edificios, sanidad, líneas de datos ultra-rápidas, I+D,….
·         Por otra parte asegurar la llegada de financiación a las empresas que no debería de ser a través de los bancos. Las empresas podrían emitir “preferentes” que fueran suscritas por los Bancos Centrales bajo determinadas condiciones que habría que ajustar para evitar que empresarios desalmados se forraran. Obviamente deberían de establecerse medidas en función del tamaño de la empresa porque no se puede olvidar que la pequeña y empresa familiar generan una gran cantidad de empleo que al final es lo que nos interesa recuperar. Esta idea presenta varios problemas como es la disponibilidad de fondos que el BCE no quiere aportar y por otra la gestión de esas “preferentes” que no sería nada fácil, aunque tampoco lo es el gestionar la crisis con las medidas actuales.

Estas medidas deberían de controlar que la inversión se realiza en el territorio UE, no nos interesa financiar fábricas en Corea, ni la deuda de Indonesia, proyectos de bienes y servicios necesarios en la actualidad. Control de las inversiones con responsabilidad penal para los gestores si malversan los fondos. En las S.A. ligar la emisión de preferentes al Capital desembolsado como manera de compartir el riesgo entre lo público y lo privado.
En las pequeñas empresas sin forma societaria pueden ser líneas de crédito ligado al volumen de ventas declarado.
Los bancos se sentirían marginados pero su aportación a la crisis ha sido muy negativa porque ellos han contribuido a su generación y hemos debido de rescatar cuando deberían de haber caído como cualquier otra empresa y sus gestores en la cárcel por malversación. Ahora están forrados. También entiendo que un banco si quiebra deja sin fondos a sus ahorradores que generalmente es gente sencilla porque los grandes ahorradores tienen sus fondos fuera como se está demostrando con todos los escándalos que nos sacuden. Por eso los banqueros deberían de tener una reglamentación especial y estricta por las consecuencias que su actuación puede tener para todos. 

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