Este fin de semana se celebró la Asamblea de Izquierda Unida en dónde se ha reelegido por Unanimidad a Cayo Lara que se ha marcado el objetivo de ser una fuerza de gobierno. Tengo que decir de antemano que me encantaría que lo lograse porque hay que plantar cara al sistema establecido, establishment, y plantear una alternativa diferente a la que encarnan el dúo PP-PSOE.
Sin embargo, soy bastante escéptico que el espíritu caínista que anida en toda la izquierda lo permita porque tenemos la fea manía de formar una corriente siempre que hay algo que no nos gusta, no sabemos estar en minoría. Ese comportamiento viene de lejos, desde cuando se legaliza al PCE y al poco tiempo empiezan las crisis, corrientes, deserciones. No comprendemos que algo que los ciudadanos castigan con fuerza es la división, la falta de un mensaje claro y nítido. Por ejemplo en las últimas elecciones en Euskadi, IU ha presentado dos listas, EB y Ezker Anintza, siendo esta última la que estaba reconocida por IU. El detalle chusco es que las siglas Ezker Batua estaban registradas por el anterior coordinador ¡a su nombre! y al dejar el cargo se llevó las siglas. Esa división impidió a IU tener representación en Euskadi, sin embargo el vodevil no termina ahí y resulta que EB se integra en la corriente de Llamazares que está dentro de IU estatal con lo que tenemos que en Euskadi hay dos IU que compiten en las urnas.... Espero que no se haya perdido nadie en el relato.
Por esos detalles y otros que a buen seguro existirán en otras zonas del Estado, es por lo que digo que es complicado que se geste una alternativa de izquierda y transformadora que sea creíble y con posibilidades de gobernar.
Luego está la de generar un discurso diferente pero creíble para la población, que se centre en mitigar la crisis económica ofreciendo salida a la miseria que estamos sufriendo y dejando de lado ocurrencias que no son la prioridad de los ciudadanos. Esperemos que lo logren
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